Dios te bendiga, en esta ocasión te hemos preparado un gran devocional, un tema que sin duda te ayudará en tu vida espiritual y en general, seguramente muchas veces te preguntarás sobre el significado de la libertad en Cristo, y es que hablamos de una libertad especial que solo los hijos de Dios pueden comprender y entender, esperamos que sea de bendición.
¿Qué significa ser libre en Cristo?
Ser libre en Jesús significa que, gracias a su obra en mí, el pecado no controla mis actos. Esa es la realidad de los que somos hijos de Dios.
Desde el momento en el que permitimos que Jesús reine en nuestras vidas, que nos llene con su presencia y nos transforme, Él nos da las fuerzas necesarias para seguir la palabra de Dios. Con su ayuda decimos no al pecado y sí a la voluntad de Dios. Dejamos de ser esclavos del pecado y pasamos a vivir la vida plena que Dios anhela para nosotros.
¡Libres en Jesús!
1) La verdad nos libera
Cuando tenemos una experiencia genuina con Jesús surge en nosotros un gran anhelo de obedecerle y de ser fiel a él. ¡El toque salvador de Jesús no nos deja igual! Nace en nosotros el deseo de sumergimos en su Palabra y de buscar su presencia por medio de la oración. Le permitimos hablar sobre su voluntad para nuestras vidas y mostrarnos lo que desea hacer en nosotros.
Es en medio de esa búsqueda que él revela más de su verdad a nuestros corazones. Nos muestra quiénes somos en él: sus hijos amados, redimidos para su gloria. Dios nos revela su poder sobre el pecado. Nos da claridad en cuanto a la salvación que ya consiguió para nosotros a través de su muerte en la cruz y su resurrección, y nos muestra cómo debemos vivir ahora que somos sus hijos.
Juan 8:31-32
Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían creído en él, y les dijo: Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
2) ¿Esclavos o libres?
Al recibir a Cristo nuestro salvador dejamos de ser esclavos del pecado. Pasamos a ser libres para vencer la tentación y para vivir la vida dentro del propósito de Dios.
En Cristo tenemos libertad, pero debemos decidir si viviremos como hijos libres que reflejan su imagen o si viviremos como esclavos. Dios nos da las fuerzas para no ceder ante la tentación y nos recuerda que con él somos más que vencedores. Al enfocarnos en Dios y en vivir dentro de su voluntad disminuye en nosotros el deseo de hacer lo que nos place y aumenta el anhelo de agradarle.
Juan 8:34-36
Ciertamente les aseguro que todo el que peca es esclavo del pecado respondió Jesús. Ahora bien, el esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se queda en ella para siempre. Así que, si el Hijo los libera, serán ustedes verdaderamente libres.
3) La vida con Jesús
La ley trae castigo visible, pero la vida con Jesús nos libera de toda condenación. No importa cuán grandes sean los errores cometidos en el pasado, cuando Dios con su divina gracia decide perdonar él concede un perdón completo.
Dios nos promete un nuevo comienzo lleno de vida. Nos brinda la esperanza para la eternidad con él y también nuestra vida aquí adquiere un nuevo sentido gracias a la presencia del Espíritu Santo. Nuestra meta es vivir para la gloria de Dios y llevar su presencia y amor dondequiera que vamos.
Romanos 8:1-2
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, pues por medio de él la ley del Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.
4) Atención al fruto
Una vida santa es una apartada para Dios que busca agradarle en todo momento. Necesitamos llenarnos del Espíritu Santo. Es así como logramos reconocer el gran regalo de vida eterna que Dios nos ha dado. Viviendo llenos del Espíritu perseveramos en obediencia a la Palabra de Dios. Es por su gracia que hemos pasado de muerte a vida en Cristo Jesús y nuestras vidas no pueden quedarse igual ante esta realidad.
Romanos 6:20-23
Cuando ustedes eran esclavos del pecado, estaban libres del dominio de la justicia. ¿Qué fruto cosechaban entonces? ¡Cosas que ahora los avergüenzan y que conducen a la muerte! Pero ahora que han sido liberados del pecado y se han puesto al servicio de Dios, cosechan la santidad que conduce a la vida eterna. Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor.
5) Firmes en nuestra libertad
En Jesús tenemos libertad tanto del yugo del pecado como de tener que cumplir con toda la ley del Antiguo Testamento. No hay nada que podamos hacer para ganar el perdón de Dios no importa cuán buenos aparentemos ser ante los ojos de los demás. Somos salvos por la gracia de Dios.
Gálatas 5:1
Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud.
6) La vida llena del Espíritu
Somos llamados a ser libres, pero eso no nos da permiso para vivir como queramos dando rienda suelta a nuestras pasiones y deseos. Hay un gran contraste entre las obras de la carne y la vida llena del Espíritu, nuestra elección debe ser siempre actuar de acuerdo a la voluntad de Cristo. Dios debe ser quien dirija todas nuestras acciones, sentimientos y palabras. Con él tenemos la fortaleza que necesitamos en todo momento para no ceder ante el pecado.
Gálatas 5:22-25
En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. Los que son de Cristo Jesús han crucificado la naturaleza pecaminosa, con sus pasiones y deseos. Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.
Esperamos en Dios que este tema sea de mucha bendición a tu vida, que por sobre todo puedas entender la verdadera libertad en Cristo, y que también aprendas a valorar el sacrificio de Cristo que por medio de Él, somos libres de toda atadura del enemigo, toda enfermedad y todo mal que venga desde las tinieblas, eres libre, da gracias a Dios.