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¡Milagro! Mujer al borde la muerte oye a Jesucristo: “Yo soy la vida, recibe de mi”

La líder de intercesión de la Iglesia Bautista de Lagoinha, Ezenete Rodrígues, dispone de una serie de vídeos esparcidos por Internet con sus ministerios en la palabra de Dios. Contando en uno de ellos su historia, cuando se encontraba en el borde de la muerte y fue salvada por la intervención de Jesucristo.

Un suceso que comenzó desde que se enteró que contrajo una enfermedad que se agravó, hasta el extremo de comprometer órganos vitales. Ingresó en la UTi y pasó por diferentes diagnósticos, quedándose tres años y luchando con todas sus fuerzas por superar esa enfermedad.

“Una enfermedad que me atacó de golpe muy fuerte y después de dos semanas todo empeoró. Tenía fiebre alta fui acometida por una inyección en el intestino. Una inflamación que llegó a todo mi organismo y dos semanas después estaba en el hospital con anemia. Iniciaron los exámenes para ver el mejor tratamiento y me hice una endoscopia. Pero dos meses después tenía aneurisma fuerte”, dijo Ridrigues.

“Los médicos le informaron a mis padres que debían operarme, abrirme con el fin de quitar mis órganos, lavar y poner nuevamente. Pero la anemia no permitía que yo hiciera eso. En ese momento me dijeron que iba a morir. Dios jamás perdió el control de mi vida y sus planes nunca se frustran. Tenía un gran propósito para mi vida desde que nací, como todos nosotros”, agregó.

Ezenete nació dentro de un hogar cristiano y a los 14 años había aceptado a Jesucristo en su corazón, permitiéndole construir una fe sólida. Esto le ayudó a que su vida estuviera dependiendo de Dios por completo. Sin embargo, ella recuerda que su familia ya estaba pensando en donde iban a enterrar su cuerpo por la situación en la que se encontraba.

“Tres años y medio duró este proceso, pasé por tres comas. En el último me llevaron a San Pablo y en ese lugar tuve dos años y medio de tratamiento. En ese momento los médicos le informaron a mi familia que todo se había detenido. Así que hoy sé hasta dónde seré enterrada”, agregó ella.

Ella siempre recordaba que su vida estaba en manos de Dios, cuenta que se encontraba muy mal y su familia la acompañaba en sus últimos días y una noche: “Fui visitada por el Señor Jesús. Sintió como una mano grande le tocó la espalda y dijo: Yo soy la vida, te doy vida. Empecé a gritar y pedir agua. Después de tres días me encontraba en casa para la gloria de Dios”.

 

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