Dios, bajo nuestra fe cristiana, es el creador y gobernante del universo, omnipotente, omnisciente y omnipresente. Es la fuente de toda vida, amor, bondad y verdad. ¡Lo es todo!
Como cristianos creemos en la existencia de un Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Cada persona de la Trinidad es igualmente divina y coeterna, y juntos forman un solo Dios. Esta creencia se basa en la enseñanza bíblica de que Dios es amor, y el amor solo existe en la relación.
El Padre es el creador del universo, el Hijo es Jesucristo, el salvador del mundo y el Espíritu Santo es el guía y consolador de los creyentes.
Dios es santo y justo, y como tal, no puede tolerar el pecado. La muerte de Jesucristo en la cruz es vista por nosotros los cristianos como la manera en que Dios reconcilió a la humanidad con Él mismo, pagando el precio por nuestros pecados.
El amor y la gracia de Dios son fundamentales en la fe cristiana. Los creyentes son llamados a amar a Dios con todo su corazón, alma, mente y fuerza, y amar a su prójimo como a sí mismos. A través de la oración, la lectura de la Biblia y la comunión con otros creyentes, los cristianos buscan una relación más profunda con Dios.
Según la Biblia, Dios es el Creador del universo y de todo lo que existe. En Génesis 1:1, se lee: «En el principio creó Dios los cielos y la tierra». Dios es omnipotente, omnisciente y omnipresente, como se dice en Jeremías 23:24: «¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?».
La Biblia también describe a Dios como amoroso y misericordioso. En 1 Juan 4:8 se lee: «El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor». En Efesios 2:4-5 se dice: «Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo».
Además, la Biblia habla de Dios como un ser trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo. En Mateo 3:16-17, se narra el bautismo de Jesús:
«Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia».
La justicia de Dios también es mencionada en la Biblia. En Romanos 3:23-24 se dice: «por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús».
Por último, la Biblia habla del propósito de Dios para la humanidad. En Juan 3:16 se dice: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna».
Características de Dios según la Biblia
Se considera que Dios es un ser supremo y perfecto, con atributos como la omnisciencia, la omnipotencia, la omnipresencia, la eternidad, la inmutabilidad y la justicia.
La omnisciencia de Dios significa que Él lo sabe todo. Como se dice en Isaías 46:9-10: «Porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho».
La omnipotencia de Dios significa que Él tiene todo el poder. En Jeremías 32:17 se dice: «¡Ah, Señor Jehová! He aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti!».
La omnipresencia de Dios significa que Él está presente en todas partes al mismo tiempo. Como se dice en Salmos 139:7-8: «¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás».
La justicia de Dios significa que Él es recto y justo en todos sus juicios. Como se dice en Deuteronomio 32:4: «El es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; es justo y recto».
Las características antes mencionadas son fundamentales para entender la naturaleza de Dios y su relación con la humanidad. Esperamos que este pequeño estudio haya sido de utilidad. Bendiciones.