La Biblia es una fuente fundamental de enseñanzas sobre la salvación, un tema que aborda la liberación de la humanidad del pecado y la reconciliación con Dios.
A lo largo de la biblia encontramos numerosas referencias y pasajes que explican la naturaleza, el propósito y el camino hacia la salvación. A continuación, exploraremos algunas de estas enseñanzas con citas bíblicas.
¿Qué es la salvación?
Desde el principio, la Biblia establece la necesidad de la salvación debido al pecado. En el libro de Génesis, se narra cómo Adán y Eva desobedecieron a Dios y trajeron el pecado al mundo:
«Mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.» (Génesis 2:17).
Este acto de desobediencia trajo la separación entre la humanidad y Dios. Sin embargo, a lo largo de la Biblia, también se presenta la promesa de redención. Por ejemplo, en el libro de Isaías, se profetiza acerca de un Mesías que traerá salvación:
«He aquí que mi siervo prosperará, será engrandecido y ensalzado y será puesto muy en alto.» (Isaías 52:13).
La culminación de esta promesa de salvación se encuentra en el Nuevo Testamento, con la llegada de Jesucristo. Jesús mismo habló sobre su propósito de traer salvación:
«Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.» (Lucas 19:10).
La salvación a través de Jesucristo se basa en su muerte y resurrección. En el Evangelio de Juan, se enfatiza esta verdad:
«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.» (Juan 3:16).
¿Cómo podemos obtener la salvación?
La salvación se presenta como un regalo de Dios, no como un mérito humano. El apóstol Pablo explica esta verdad en su carta a los Efesios:
«Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios.» (Efesios 2:8)
La Biblia también enseña que la salvación requiere arrepentimiento y fe. En el libro de Hechos, Pedro insta a la gente a arrepentirse y creer en Jesús:
«Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados.» (Hechos 2:38)
La vida transformada por la salvación se refleja en la obra del Espíritu Santo en el creyente. Pablo escribe a los Gálatas acerca de los frutos del Espíritu:
«Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.» (Gálatas 5:22-23)
Además, la Biblia enseña que la salvación es un proceso continuo de crecimiento espiritual y santificación. En la carta a los Filipenses, Pablo exhorta a trabajar en la propia salvación:
«Así que, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.» (Filipenses 2:12)
En resumen, la Biblia presenta la salvación como un regalo divino ofrecido a través de la obra redentora de Jesucristo. Se destaca la necesidad de arrepentimiento, fe y una vida transformada por el Espíritu Santo.
La Biblia enfatiza que la salvación es una obra de gracia y no de mérito humano, y anima a los creyentes a buscar un crecimiento constante en su relación con Dios. A lo largo de las Escrituras, se revela el amor y la provisión de Dios para la humanidad, invitándonos a aceptar su regalo de salvación y vivir de acuerdo con su voluntad.
Versículos de la salvación para evangelizar
Juan 3:16 (NVI):
«Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.»
Hechos 4:12 (NVI):
«No hay salvación en ningún otro, porque bajo el cielo no se ha dado a los hombres ningún otro nombre por el cual debamos ser salvos.»
Efesios 2:8-9 (NVI):
«Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.»
Romanos 10:9 (NVI):
«Que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.»
Tito 3:5 (NVI):
«Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo.»
Estos versículos destacan la importancia de creer en Jesucristo como el medio de salvación, la gracia de Dios como el fundamento de la salvación y la necesidad de arrepentimiento y fe para recibir este regalo divino.