«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.» Salmo 51:10 (RVR1960)
Cada mañana es un regalo de Dios, una oportunidad para comenzar de nuevo. La renovación diaria es un recordatorio constante de Su gracia inagotable. Cuando leemos el Salmo 51:10, encontramos la súplica del rey David a Dios después de reconocer su pecado con Betsabé.
David entendió que necesitaba una renovación espiritual, un corazón limpio y un espíritu recto para caminar en los caminos de Dios.
Esta renovación espiritual comienza al dedicar tiempo cada mañana para conectarte con Dios a través de la oración y la lectura de Su Palabra. Jesús mismo solía retirarse a lugares tranquilos para pasar tiempo con el Padre.
En Mateo 6:33 (RVR1960), nos insta a buscar primero el reino de Dios y Su justicia cada día: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»
La renovación diaria no se trata solo de un ritual religioso, sino de un compromiso continuo de entregar tus preocupaciones y pecados a Dios, confiando en Su perdón y amor. 2 Corintios 4:16 (RVR1960) nos recuerda:
«Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.»
Al renovar tu mente y corazón cada día en la presencia de Dios, experimentarás una transformación constante que te permitirá vivir de acuerdo con Su voluntad y gracia, enfrentando los desafíos diarios con una confianza renovada en Él.