1 Aleluya.
Alabaré a Jehová con todo el corazón
En la compañía y congregación de los rectos.
2 Grandes son las obras de Jehová,
Buscadas de todos los que las quieren.3 Gloria y hermosura es su obra,
Y su justicia permanece para siempre.
4 Ha hecho memorables sus maravillas;
Clemente y misericordioso es Jehová.5 Ha dado alimento a los que le temen;
Para siempre se acordará de su pacto.
6 El poder de sus obras manifestó a su pueblo,
Dándole la heredad de las naciones.7 Las obras de sus manos son verdad y juicio;
Fieles son todos sus mandamientos,
8 Afirmados eternamente y para siempre,
Hechos en verdad y en rectitud.9 Redención ha enviado a su pueblo;
Para siempre ha ordenado su pacto;
Santo y temible es su nombre.
10 El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;
Buen entendimiento tienen todos los que practican sus mandamientos;
Su loor permanece para siempre.
Salmos 111 (RVR1960)
Reflexión:
El Salmo 111 es un cántico de alabanza a la grandeza y fidelidad de Dios. Nos recuerda que las obras de Dios son dignas de alabanza y que Su justicia y misericordia perduran para siempre.
El salmista comienza alabando a Dios con todo su corazón en la compañía de los rectos. Esta es una invitación para que todos se unan en la alabanza a Dios por Sus grandiosas obras.
En medio de los desafíos y las pruebas, recordemos que alabar a Dios es un acto poderoso que fortalece nuestra fe y nos une como comunidad de creyentes.
Los versículos 2-6 resaltan las maravillas de Dios, Su fidelidad en el pacto y su poder en la redención de su pueblo. Dios es fiel en cumplir Sus promesas y en alimentar a aquellos que le temen.
Recordemos que, así como Dios cuidó de Israel, Él también cuida de nosotros y cumple Sus promesas en nuestra vida.
Los versículos 7-9 destacan la verdad y la justicia en las obras de Dios, y Su nombre santo y temible. La sabiduría comienza con el temor de Jehová, lo que significa que nuestra reverencia y obediencia a Dios nos llevan a vivir una vida sabia y justa.
Hoy, reflexiona sobre la grandeza de Dios y su fidelidad en tu vida. Alaba a Dios con todo tu corazón y encuentra sabiduría en temerle y obedecer Sus mandamientos. Confía en que Su misericordia perdura para siempre y que Él es digno de toda alabanza. Su loor permanece eternamente en nuestras vidas.