1 Pedro 3:1 Asimismo, vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, de modo que, si algunos de ellos son desobedientes a la palabra, puedan ser ganados sin palabra alguna por la conducta de sus mujeres.
Una situación común es que sea la esposa quien tenga la necesidad de buscar a Dios, aunque su esposo no lo haga. En muchísimos casos, la esposa quizá ya tuvo una relación con Dios y se unió a un hombre inconverso. Esto hace muy difícil el matrimonio y es tener unidad resulta un verdadero reto, pero, ¿qué dice la Biblia al respecto? ¿Cómo puedes ganar a tu esposo para Cristo? El apóstol Pedro nos da algunas pautas:
1. Estar sujetas
¿Qué difícil puede resultar esta afirmación cierto? La sujeción en la Biblia tiene un significado de completar o unir, podemos ver esta palabra en otros versículos donde la idea principal es “complementar” “mantener unido a”
- Procurar la unidad. En la medida de lo posible debes tratar de estar en unidad, no dejar que tus diferencias de criterio hagan un abismo en tu relación.
- Saber que, a pesar de ser un hombre inconverso, sigue siendo la cabeza de tu hogar. …porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Efesios 5:23
2. Hablar menos, actuar más
“Las palabras convencen, el ejemplo arrastra” Muchas veces en esas discusiones tratando de cambiar la conducta de tu esposo, lo que logras es hacer más grandes los problemas y pronto vienen las frases “¡Y así te dices cristiana! ¿Para eso vas a la iglesia?” No pierdas energía en esto. Mejor demuestra con tu conducta lo que quieres que él aprenda. Muéstrale cómo es ser cristiana.
- Muestra la fortaleza que Dios te da.
Se reviste de fuerza y dignidad, y afronta segura el porvenir. Cuando habla, lo hace con sabiduría; cuando instruye, lo hace con amor.
Proverbios 31:25-26
- Haz lo contrario de lo que espera de ti en situaciones de conflicto
No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:17-18
3. No desistir
Por supuesto que es una tarea difícil, pero no imposible. Millones de mujeres han visto el resultado de su esfuerzo y perseverancia, viendo a sus esposos rendidos a Dios.
- Piensa que tu sacrificio valdrá la pena. Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Salmo 126:5
- Concéntrate en la cosecha: No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Gálatas 6:9
Conclusión
Dios está interesado en salvar a tu pareja. Dios desea ser el centro de tu familia; quizá el precio a pagar sea alto en sacrificios, en contenerte y esforzarte por mostrar el amor más allá de tus fuerzas, pero recuerda que esos frutos del Espíritu Santo, aflorarán en tu vida en la medida que te sujetes a Dios. Tu conducta hará toda la diferencia. Dios te dará la sabiduría de cómo actuar en cada situación. ¡No te desanimes! Pon en tu mente la imagen de tu esposo de rodillas ante Dios y clama por eso, riega con lágrimas en oración la semilla del evangelio que sin palabras estás sembrando.